Es evidente que los profesores y los alumnos tienen que cooperar para hacer la vida en las clases de educación física agradables para todas las personas implicadas. La creación de una atmósfera cálida de confianza, respeto y colaboración y alegría en que cada niño y niña es aceptado, apoyado y reconocido por el docente, por sus compañeros y compañeras, es fundamental para que se produzca un aprendizaje significativo.
Es de vital importancia que el docente considere lo siguiente:
Adecuar las tareas motrices a los aprendizajes previos de niños y niñas, a sus características individuales, a su nivel evolutivo y a las características del medio social y natural en que se desenvuelven.
Retroalimentar a los alumnos y alumnas sobre sus progresos en el desarrollo de sus habilidades motoras, sociales, etc.
Despertar el deseo de la participación y de curiosidad en sus alumnos y alumnas, estando atentos a sus motivaciones.
Contribuir a la construcción de una auto imagen positiva en sus alumnos y alumnas dándoles libertad para decidir y equivocarse sin miedo al error.
Promover el desarrollo de las habilidades sociales en las actividades físicas como por ejemplo compartir sus ideas, ayudar a los demás a acoger a nuevos participantes a resolver adecuadamente conflictos y a trabajar en equipo.
1 comentario:
gracias lo tendre muy en cuenta en mi trabajo
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